LA SALINIDAD DEL SUELO
Efectos de la salinidad en las plantas
La salinidad llega a afectar de diferente manera a las plantas de tomate. En riego de bandejas de germinación con agua alta en NaCl, afecta el porcentaje de germinación y alarga el proceso. En la raíz, el efecto se manifiesta con reducción de la longitud. Los órganos de la parte aérea de la planta de tomate, también se afectan y las hojas presentan desecación en los bordes, afectando en consecuencia la producción de fotoasimilados. El tamaño del racimo se reduce en número de frutos y pérdida de calibre. Se ha observado variabilidad en la respuesta a las sales, donde algunas variedades son más tolerantes que otras. También, por otro lado, la salinidad puede mejorar las propiedades organolépticas en los frutos y grados brix aumenta junto con el licopeno. Las prácticas de manejo que se enumeran para ayudar a mejorar la producción del tomate bajo condiciones de suelo salino, son varias: mejoramiento del drenaje, optimización de la permeamometría de la cama de cultivo, injertos, variedades de vigor 1 en adelante, fertilización potásica y cálcica equilibrada e inoculación con micorrizas, Trichodermas y basillus. Efectos fisiológicos del sodio en la solución interna de la planta de tomate Se presentan efectos benéficos del Na a la dosis fisiológica (0.1 meL-1) considerada en la SN o bien en el esquema de nutrientes del dosel de plantas propuestas por el autor, la razón es que Na+ contribuye a la estabilización de potenciales electroquímicos., además favorece la vitalidad de los cloroplastos y produce incrementos de la POv presión osmótica de la savia vascular de las plantas de tomate. En términos generales, la salinidad (CE hasta 5 dS/m) exhibe efectos positivos en las plantas de tomate mejorando las propiedades organolépticas y biológicas de los frutos, los que presentan un mayor contenido de sólidos solubles, acidez y pigmentos carotenoides con predominancia del licopeno, no obstante los volúmenes de producción se ven mermados, presentando frutos de bajo calibre y aplanados, debido a incrementos considerables de la PO. El empleo de variedades e injertos tolerantes al estrés salino, son los mejores representantes de esta condición de mejoras en la calidad del fruto de tomate. El Na+ pertenece al grupo de nutrientes coadyuvantes fisiológicos específicos que participan en la síntesis de los carbohidratos.
Por otro lado, cuando se sobrepasa la dosis fisiológica y pasamos a la dosis tóxica, los efectos pasan a ser catalogados como perjudiciales: el crecimiento de las raíces de las plantas de tomate, es afectado en forma adversa por la presencia de sodio en el medio de cultivo, las que reducen el potencial hídrico del agua del suelo y también genera un desequilibrio iónico en la solución del suelo, y que , a su vez este se trasfiere de igual forma en un desequilibrio fisiológico en las plantas, donde el Na+ al ingresar al citosol produce toxicidades por el remplazo del K+ por sodio.
12.2. Manejo de la salinidad del suelo
Un manejo adecuado de los suelos salinos y sódicos permite obtener cultivos rentables, esto por un lado, y su posible recuperación y regeneración, por el otro. Como ya se ha indicado la solubilidad de las sales es un parámetro indicador de su toxicidad para los cultivos. La máxima solubilidad de las sales, corresponde temperatura máximas en los meses de verano en suelos de climas áridos. Todas las sales solubles pueden constituir soluciones con altísimos valores de CE. Sin embargo, el yeso tan solo puede dar soluciones con un máximo de 2.5 dS/m.cuando en un suelo, el yeso es muy abundante, solo se encontrará disuelto 2.04 gr/l y el resto se encontrará precipitado, por lo que la solución nunca superará el valor de 2.5 dS/m. Mantener un drenaje adecuado. Problemas de salinidad se asocian a niveles freaticos altos, en los cuales el agua sube a la zona radicular por capilaridad, y si el agua contiene sales habría una recarga continua de esta a las raíces.
Salinidad y necesidades de lavado La distribución de las sales en los suelos varía en función de la profundidad y del tiempo. En los invernaderos con riego por goteo, el agua de riego provoca un lavado descendente de las sales, mientras que la evapotranspiración hace que el flujo se invierta y se produzca un ascenso de las sales en la cama. En estos casos para evitar la acumulación de sales en la zona de raíces, se hace necesario aplicar riegos que sobrepasen la zona y lleven las sales a percolación profunda. Así Ayer et al (1985) establecen los conceptos de fracción de lavado y de requerimiento de lavado de la siguiente ecuación:
Fl =Fd
Fr
Donde: (Fl) Fracción de lavado FL= es la fracción de agua que atraviesa la zona radicular y es susceptible de lavar las sales. (Fd)= centímetros de agua drenada por debajo de la zona radicular. (Fr)= total de centímetros de agua aportada. Del total de agua aportada, una parte se quedará en la zona radicular y otra se infiltrará a los horizontes profundos. Un valor de 10% de agua drenada se puede considerar bajo, y en promedio el porcentaje de agua drenada se sitúa entre un 15 y 20%.
Requerimientos de lavado (RL) Es la fracción calculada de agua que debe pasar a través de la zona radicular para mantener el valor de Ces o de RAS en un determinado nivel o por debajo de ese nivel. Cuanto mayor sea CEar mayor será RL para evitar la salinización. Para establecer los RL debe haber un equilibrio entre las sales que tienen el suelo y las que llegan por el agua de riego. Así las sales que se quedan después del riego deben mantenerse en equilibrio o ser menor a las sales que se exportan en el drenaje. Si evaluamos las sales a partir de la conductividad, este balance sería: AR x CEar + Ces = As x Ces ∗ + AD x CEad
Donde: AR= cantidad de agua utilizada en el riego. CEar= conductividad del agua de riego (dS/m). As= % de agua que retiene el suelo a saturación. Ces= conductividad del extracto de saturación. Ces*= conductividad del extracto de saturación a la que queremos que quede el suelo después del riego. AD= cantidad de agua de drenaje. CEad= conductividad del agua de drenaje.
Para la efectividad del lavado entran en juego los parámetros de textura y estructura del suelo, así por ejemplo en un suelo agrietado, el agua pasa en vertical, disolviendo pocas sales y por lo tanto la CEad es baja. La fertilización debe manejarse con precisión, empleando fuentes de nutrientes de bajo riesgo de salinización, así es importante considerar el índice de vehiculación de la solución nutritiva programada, a fin de cubrir el esquema de nutrientes sin pasar a una sobredosis que también conduce a la salinización de la cama de cultivo.
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